5 de junio de 2016

LA DIVINIDAD EMERGENTE DEL HOMBRE







Conciencia y Desapego

El desapego es el resultado del crecimiento de la conciencia, y viceversa. Si no tenemos conciencia, ciertamente que no estaremos desapegados. Es la conciencia de lo que se halla detrás de las apariencias externas lo que da lugar al desapego.

Vemos que, a medida que nos desapegamos, crecemos. La gente puede creer que si se desapegan están perdiendo algo. Por el contrario, están ganando en libertad y con esa libertad, una mayor intensidad de vida, una mayor conciencia despierta del proceso vital en cada momento, de la que podrían tener con los apegos.

Todos tenemos apegos porque tenemos miedo de quedarnos solos. Todo el mundo quiere ser amado, o al menos aceptado. Todo el mundo quiere sentirse cómodo, como en casa, seguro. Todo el mundo quiere seguridad, continuamente, en todo momento. Pero no hay seguridad, ésta es la gran paradoja. Todo el mundo quiere lo imposible. No hay seguridad en la vida.

La vida no tiene nada que ver con la seguridad. Tiene que ver con el movimiento, con la conciencia, con la transformación, con la experiencia. Todo en la creación es relativo. Ha de ser así, o de otro modo no habría evolución. La creación es evolutiva, y por tanto cambiante. Si es cambiante, no hay nada estático en ningún lugar. No hay status quo, y si no hay status quo no hay seguridad.

Todos queremos protegernos de la vida. Y para ello buscamos el confort. Queremos la vida, pero la queremos en un paquete que podamos manejar, con el que podamos tratar, y en el que nos sintamos seguros. Pero tan pronto como se sale fuera de ese parámetro conocido, nos asustamos, porque es aterrador no sentirse cómodo.

Cuanto más amados somos, más seguros nos sentimos. Desde luego, no podemos sentirnos realmente seguros porque no podemos nunca obtener el suficiente amor, y no podemos controlar ese amor. Todos explotamos para seguir sintiéndonos seguros, para seguir gustando a la gente, para que nos sigan queriendo, para que sigan estando en una correcta y cómoda relación con nosotros. En otras palabras, queremos poseerlos. La posesión es lo opuesto del desapego. En tanto estemos apegados de esa forma, nunca creceremos, nunca evolucionaremos. Es lo opuesto a la evolución. Sólo podemos evolucionar cuando somos libres.

El crecimiento de la conciencia proviene, pura y simplemente de la libertad. Nada más. El estado natural de la vida es libertad. La libertad es el estado natural de la humanidad. Es lo divino, tal y como se manifiesta en nuestra vida cotidiana. De eso es de lo que trata la realización del Ser. Ha de estarse libre de todo apego. Cualquier apego limita esa libertad que comienza a manifestarse, paso a paso, a medida que nos liberamos de estos apegos.



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