Cuando llegamos a este
mundo lo hacemos perteneciendo en forma automática
a un Grupo Social Primario, consistiendo este en nuestra
Familia que se encargará de brindarnos los cuidados básicos sin los
cuales nuestra supervivencia se vería imposibilitada, dándonos el Abrigo,
Higiene y Alimentación necesaria, pero también tendrá la
responsabilidad de Desarrollarnos y Formarnos
como personas.
Es allí cuando entran en juego los Valores
Morales que están fijados
en dicha familia, dadas por la Educación que va más allá de la emisión
y recepción de estímulos que desarrollan nuestras Facultades Cognitivas,
sino que forman también el modo en el cual vemos
al mundo y nos relacionamos con el mismo, siendo conocido muchas veces como
los Valores Morales.
De ellos se desprende lo
que es considerado como parte de la
Conciencia, siendo ésta la for- ma particular en la que vemos no solo al Entorno
o Medio que nos rodea, sino también la valoración que tenemos de nosotros
mismos dentro de él, ligada en muchos
casos a la Voluntad si la
consideramos como la forma en la que tendemos
hacia Hacer el Bien.
Seguramente hemos
oído más de una vez la expresión “Voz de la Conciencia” siendo
referida a la sensación de malestar
o la expresión de Remordimiento cuando estamos por hacer
algo que es indebido (y que sabemos que estamos obrando mal) o bien ya lo hemos
realizado, apareciendo la culpa o inclusive
la vergüenza.
Por
otro lado, también se
habla de Conciencia como el estado
en el cual tenemos pleno
uso de nuestras Facultades Mentales y Físicas, pudiendo dirigir nuestros actos como también tenien- do
conocimiento del entorno que nos rodea, recibiendo distintos Estímulos Externos
y emi- tiendo respuestas o bien
obteniendo Estímulos Internos.
En contraposición a esto último
se toma a la Inconsciencia, donde entramos en un
estado de sueño o letargo, teniendo el cuerpo dormido e imposibilitado de realizar acciones en
forma voluntaria.
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