Aceptación
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•Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de
la vida
• Si insistes en permanecer en ella, más
allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto
•Cerrando círculos, o cerrando puertas, o
cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos,
dejar ir momentos de la vida que se van clausurando
•¿Terminó con su trabajo?, ¿Se
acabó la relación?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?
•Puede pasarse algún tiempo de su
presente “repasando” los “porqués”, rebobinando el casette para
tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
•El desgaste sería infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus
hermanas, todos y todas, estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con
momentos de la vida y seguir adelante.
•No podemos estar en el
presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos por qué. Lo que su- cedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.
• No podemos ser niños eternos, ni
adolescentes tardíos, ni
empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar
vinculado a nosotros.
•No ¡Los hechos pasan
y hay que dejarlos
ir! Por eso a veces es tan
importante destruir recuerdos, regalar pertenencias, cambiar de casa, tirar
documentos, vender o regalar tus libros.
•Los cambios externos pueden simbolizar
procesos interiores de superación.
•Dejar ir, soltar, desprenderse.
•En la vida nadie juega con las cartas
marcadas, y hay que
aprender a perder y a ganar. Hay que
dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos
en el presente! El pasado ya pasó.
•No espere que le
devuelvan, no espere que le reconozcan, no
espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted.
•Suelte el resentimiento, encender “su televisor personal” para
darle y darle vueltas al asunto lo único que consigue es dañarlo
mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
•La vida está para seguir adelante,
nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando
“puertas abiertas”, “por si acaso”, nunca podrá desprenderse, ni vivir lo de hoy con satisfacción.
•Noviazgos o amistades que no clausuran,
posibilidades de “regresar” (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se
dijeron, silencios que lo invadieron
•¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos.
Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.
•Pero no por orgullo ni
soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en esa sintonía, en ese
espacio, en esos hábitos, en esos conceptos, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada
a que volver.
•Cierre la puerta, pase la hoja, cierre
el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual,
porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
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•Es por salud esencial, por amor a usted
mismo; desprender lo que ya no está en su vida.
•Recuerde que nada ni nadie es
indispensable. Ni una
persona, ni un lugar, ni
un trabajo, nada es vital para
vivir porque: cuando usted vino a este mundo ‘llegó’ sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a
vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.
•Es un proceso de aprender a
desprenderse y humanamente se
puede lograr porque, le repito, !nada
ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.
•Por eso .... cierre, clausure, limpie,
tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte.
•Hay tantas palabras para expresar esa
salud esencial y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a
seguir para adelante con confianza.
¡Esa es la vida!
(Cerrar capítulos, Paulo Coelho).
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