8 de agosto de 2017

INTRODUCCIÓN A LA GEOMETRÍA SAGRADA


De nuestro curso de los miércoles, a las 19:30...los esperamos.



  
 En las escuelas Pitagóricas de la antigua Grecia, los alumnos más avanzados se dedicaban a estudiar desde ciencias naturales hasta las del auto conocimiento. Se les denominaba mathematikoi, "aquellos que lo estudiaban todo".
  Hoy, el término "matemática" se encuentra reducido a meras operaciones aritméticas, y los números son vistos como simples cantidades a las cuales aplicar una u otra operación para obtener una cifra resultante; simples memorizaciones de procedimientos que buscan una "respuesta correcta". Ya nada se habla de las características de cada número en sí, o de las maneras particulares en que se relacionan unos con otros, al punto en que ya casi olvidamos que número y forma expresan conceptos holísticos mucho más allá de sus propiedades cuantificadoras.



   Sin darnos cuenta, lo que alguna vez fue una visión amplia, con el tiempo se fue reduciendo a un concepto estrecho y materialista. No debiera entonces extrañarnos que sea precisamente el materialismo uno de los principales problemas de nuestra época.
Y es aquí donde debemos recordar que una infinidad de culturas ancestrales a lo largo de nuestra historia y por todo el mundo - griegos, hebreos, egipcios, mayas, orientales y tantas otras - asociaban a los números con formas geométricas que portaban un significado superior, trascendente y vinculante. Más allá del uso cotidiano que indicaba cantidad, cada número y su forma asociada representaban un principio, una estructura y un proceso en particular, manifestado en la Vida y en el Cosmos, conformando una visión integral, holística, planteando un significado tanto práctico como filosófico capaz de explicar el mundo a través de meros, formas y patrones, tanto en lo interno (Microcosmos) como en lo externo (Macrocosmos). Esta ciencia llega hasta nuestros días bajo el nombre de        Cosmometría, Metageometría o sencillamente Geometría Sagrada.

     La Geometría Sagrada plantea que el mundo puede ser un misterio, pero no un secreto, ya que todo lo que necesitamos saber ha sido puesto ante nuestros ojos; todas las claves de los misterios del Universo están a nuestro alrededor, a plena vista, formando la Creación. Existen ciertas fuerzas invisibles - llamadas campos morfogenéticos por algunos - que al ir haciéndose visibles por medio de la materia hacen que todo en la Naturaleza adopte una forma geométrica específica, siga un patrón en particular. Así, cada hoja, cada fruto, cada ser viviente posee una estructura, y es a través de ella que la Creación nos enseña las diversas relaciones y roles existentes entre los distintos elementos que componen el mundo.

  Galileo decía que "La naturaleza está escrita sobre aquel gran libro que siempre está frente a nuestros ojos — me refiero al Universo — pero no podremos comprenderlo si antes no hemos aprendido el idioma y los símbolos con que ha sido escrito. Este libro está escrito en lenguaje matemático, y los símbolos son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin cuya ayuda es imposible comprender una sola palabra de éste; sin la cual uno deambula en vano a través de un oscuro laberinto".
     La Naturaleza es Dios en manifestación, y como tal, es infinita en cantidades. Existen millones de seres; pero las formas que los componen son pocas, y estas formas se repiten una y otra vez en distintos tamaños y materialidades. Algunas tradiciones dirían incluso que se trata de "sólo unos pocos actores, presentándose a través de muchísimos disfraces".
Así, la Geometría Sagrada como lenguaje sintetiza las verdades inherentes a las formas en la naturaleza, verdades que cualquiera puede constatar. Y a diferencia del frío universo descrito por el actual modelo científico imperante, la Geometría Sagrada revela una visión de mundo unificada, con un mensaje de unidad, belleza y armonía, y que despierta la conciencia hacia una existencia de mayor luz, propósito y plenitud.

                                                        


      Habitualmente la palabra "Cosmos" la interpretamos como “espacio exterior”, cuando su origen - la voz griega Kosmos - significa sencillamente “tejido”. Por tanto, "cosmología" vendría a ser el estudio del tejido universal, es decir, de la conformación de la Creación y de las relaciones armónicas entre sus elementos, incluyéndonos a nosotros mismos y nuestro lugar dentro del orden natural. Así, la relación entre el hombre antiguo con el Universo era sabiéndose parte de un gran tejido, de una gran obra geométrica.
Observaron, por ejemplo, que en el cielo el planeta Mercurio formaba veintidós círculos en torno al Sol en siete años. Y que Venus en ocho años trazaba una figura de flor de cinco pétalos alrededor del Sol. Lo mismo Marte, Júpiter y Saturno, trazando cada cual sus propios patrones en el firmamento.

                                                

    
    Fue así como los filósofos fueron aprendiendo que números y formas (círculo, línea, triángulo, cuadrado, etc) constituían un lenguaje consistente y comprensible, un sistema de arquetipos presentes en todo el Universo, desde la más pequeña partícula subatómica hasta el mayor de los conjuntos de galaxias; en cristales, plantas, frutas, vegetales; en fenómenos climáticos, cuerpos animales y humanos. Todo en la Creación está compuesto de patrones que a su vez son parte de otros patrones mayores, lo que nos recuerda aquella Ley Hermética que señala "como es arriba, es abajo, y como es adentro, es afuera" - la fractalidad del Todo Lo Que Es.
     De esta manera vamos descorriendo un poco el velo, y comprendiendo que iniciarse en Geometría Sagrada es adentrarse en un viaje fantástico por el maravilloso “tejido” que es la Naturaleza, en donde los significados y conexiones entre sus formas y patrones se van relacionando - desde las partículas y moléculas hasta los grupos de galaxias; los infinitos seres que la habitan; los fenómenos climáticos y temporales, hasta la misma constitución del Espacio/Tiempo - todo está organizado bajo un gran patrón original.



      Para comenzar a vivirlo en carne propia, hay que partir por lo más sencillo: buscar formas básicas en la Creación, y ver los números que representan: el Uno y el círculo, el Todo; el Dos y el nacimiento de la línea como unión entre dos puntos, y así de la dualidad, los opuestos, la tensión y el movimiento. Luego el Tres, el nacimiento del triángulo, el primer polígono, y con éste, el plano; el Cuatro y la aparición del volúmen, la tercera dimensión, el cuadrado, asociados a la Materia y sus ciclos; el Cinco y las primeras formas de vida y su crecimiento, la Quintaesencia. Le siguen el Seis y la estructura del espacio, el Siete y la heptarquía mística, el Ocho como puente entre Cielo y Tierra, Espíritu y Materia; el Nueve como la firma de Dios, el Todo y la Nada… y así sucesivamente vamos apreciando un devenir de formas y principios que van bailando unos con otros en eterna Danza Cósmica, poco a poco subiendo en complejidad, hasta alcanzar principios y estructuras cada vez más ricas en significado e implicancia, como los llamados Sólidos Platónicos; la Semilla, Flor y Fruto de la Vida; Phi y la Sección Aurea. También la secuencia Fibonacci, las estructuras toroidales, la Merkaba, el Cubo de Metatrón, y tantas otras geometrías fascinantes que han regresado desde la noche de los tiempos - y quién sabe si junto a algunas nuevas - trayendo consigo increíbles y fascinantes aplicaciones científicas, arquitectónicas, terapéuticas, entre otras.

     Todas ellas vienen para ayudarnos a comprender que lo que llamamos Geometría Sagrada es verdaderamente una invitación a cobrar consciencia de que no somos independientes sino interdependientes, ya que todos sin excepción formamos parte de la gran “malla cósmica”, y como afirmaron las grandes tradiciones, todos integramos el Gran Uno, el Todo Lo Que Es.

Fuente: Profesor Roberto Jaras Lira

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