La auténtica revolución es la Evolución interna, la del despertar de la Conciencia en cada cual y del Amor en el Corazón. Abracemos esa verdadera revolución y agradezcamos también sus manifestaciones externas, pero no nos dejemos engañar y atrapar por la ilusión de la lucha contra lo exterior para cambiar nada.
Que cada cual actúe como considere oportuno, pero siempre oyendo a su Corazón, esa parte de cada uno que nunca llevará por los caminos de la guerra y la desesperación, sino que por la senda de la integración sagrada con el TODO LO QUE ES.. Desde ahí todo será diferente.
Por tanto, no hay que enfrentarse con nada ni a nada, sino hacer lo que hay que hacer en armonía con el Corazón: crear lo nuevo, no luchar contra lo viejo; Evolución, no revolución.
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