7 de marzo de 2016

DEFINE FLUIR CONSCIENCIA





                                     Cada niño que se concibe, gesta y nace posee una huella almica única, su verdadera esencia, su genuina y exclusiva vibración. Pero en la especie humana nacemos tan vulnerables (algunas veces) que para sobrevivir necesitamos crearnos una personalidad, diseñamos una especie de personaje (con varias caras) que adopta guiones aceptados en el entorno que garantizan la atención y la protección suficientes para seguir creciendo. 

Uno de ellos es el de “”niño bueno/niña buena””. Veamos sus características:

1. -El “niño bueno/niña buena” procede de una familia en la que se exalta la bondad por encima de cualquier otro valor.

2. -Cuando el “niño bueno/niña buena” se sale del guión (por ejemplo siendo espontáneo, creativo, incumpliendo una norma establecida) es ignorado o castigado, por lo que aprenderá desde muy pronto a ceñirse a patrones de sacrificio y entrega, cambiara responsabilidad por peso o carga.

3. -Probablemente la religión y su andamiaje en la cadena pecado-castigo-culpa-penitencia-infierno sostengan muchas de las creencias de los que educaron al “niño bueno/niña buena”.

4. -El “niño bueno/niña buena” se obliga sistemáticamente a poner las necesidades de los demás por delante de las suyas. (descuido)

5. -El “niño bueno/niña buena” se mueve en una espiral infinita de malestar: si piensa en él demasiado, se siento egoísta y le invade la culpa, si piensa demasiado en los demás se convierte en presa de la amarga insatisfacción.

6. -El “niño bueno/niña buena” oculta sus valores, talentos y éxitos para no crear envidias en los demás.

7. -El “niño bueno/niña buena” suele atraer a “niños malos/niñas malas” a su vida, porque las áreas de personalidad que negamos de nosotros mismos son las que se nos aparecen insistentemente en las personas con las que nos relacionamos.

8. -El “niño bueno/niña buena” no expresa su disconformidad, por lo que suele acumular mucha rabia dentro. Tanta energía reprimida se refleja en la salud, por ejemplo podría presentar bruxismo (simbólicamente los mordiscos que no he dado de día, la musculatura los libera durante el sueño) u otros problemas dentales y de garganta.

9. -El “niño bueno/niña buena” puede desarrollar hábitos secretos o tener una doble vida, como salida a impulsos irreprimibles.

10. -Los niños buenos suelen soñar con seres (demonios, fantasmas, monstruos, animales, hombres del saco…) que los persiguen, pues estos elementos oníricos representan su sombra, su yo repudiado en estado de vigilia que se cuela irremediablemente por el mundo de los sueños.

La buena noticia para los niños buenos/niñas buenas es que la liberación es posible. La toma de conciencia de dicho guión es el primer paso. La toma de poder de nuestro yo consciente, ese que decide y ejecuta, ese que se sabe separase, ver y amar al niño interior vulnerable. Le siguen tanto la puesta en cuestión de creencia sobre bondad y maldad heredadas, como el permiso para atender a nuestras necesidades, dar rienda suelta a la espontaneidad y a la creatividad. 

Pero no nos engañemos, cualquier guión, por mucho que los conozcamos y trabajemos, puede aparecer de vez en cuando, y lo veremos con conciencia y hasta con humor, no obstante, estaremos atentos para que ese personaje creado por un niño/niña indefenso para sobrevivir no controle nuestras decisiones y acciones en la vida adulta. Y así la Consciencia Esencia Fluirá libre y soberana.

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