Inteligencia
Espiritual
Es la inteligencia que nos permite afrontar
y resolver (Unidad Universal, Conductividad, Movimiento Innato del Universo,
Plan Maestro)
El Origen de la vida es el Espíritu.
Introducción:
Necesitamos entrar a una nueva etapa del
desarrollo de la humanidad. Durante los últimos 400 años los objetivos de las
sociedades fueron objetivo de desarrollo externo, como obtener mejores
maquinas, construir ciudades bien planeadas, tener mejores carreteras,
conquistar la naturaleza. La sociedad entro en un proyecto del universo externo
y se olvidó en gran parte de su propio mundo interior subjetivo. Esto trajo una
serie de anomalías y problemas que hoy para nosotros resultan evidentes. La
prioridad humana es hacia el desarrollo tecnológico porque es suficiente con el
que tenemos, la prioridad humana es hacia el desarrollo de la propia
conciencia, hacia el desarrollo espiritual. Debemos preguntarnos cómo estanos
como humanidad, como familia humana; nos hemos olvidado de nuestro desarrollo
espiritual por siglos y es necesario volver a tomar el interés por nosotros
mismos.
El Origen de la vida es el Espíritu.
Inteligencia Espiritual
1º : Ahondar en las palabras que
habitualmente manejamos, para tratar de descubrir el fondo, lo que hay en
ellas, lo que muy habitualmente se pierde en el lenguaje coloquial, en las
conversaciones cotidianas que tenemos unos con otros.
La palabra inteligencia tiene un montón de
significados, es una de esas palabras que denominamos polisémicas, porque
atesoran significados múltiples a pesar que en la vida cotidiana utilizamos uno
o dos.
Inteligencia: si hacemos una brevísima
incursión etimológica, el origen de la palabra es latín, leer dentro, INTUS
LEGERE, una persona inteligente es, aquella que no se queda en la superficie,
no se queda en el primer plano de la realidad, en la fachada, sino que es capaz
de entrever algún intersticio, para poder intuir lo que está mas allá de lo
inmediato. Leer dentro… dentro del corazón de las personas… al interior de las
instituciones… lo que no esta a primera vista.
También hablamos que hay lecturas
inteligente, de un cuento, de una historia, de un adagio, de una parábola. La
capacidad de entrever lo que oculta, lo que atesora. Ocurre cuando nos
acercamos a una parábola del nuevo testamento, o a un fragmento de alguna obra,
o algún fábula de Esopo… y entrevemos su
significado. Leer Dentro.
Y el otro significado que también va muy
unido a la etimología latina, INTER ELIGERE, la capacidad de elegir entre. Una
persona inteligente es la que desarrolla buenas elecciones. Que elige bien. En
nuestra existencia tenemos que elegir continuamente, a cada instante. Otras,
nos enfrentamos a encrucijadas donde debemos elegir. Cuando uno se encuentras
en la encrucijada, se experimenta el vértigo de las posibilidades, puedo hacer
A, puedo hacer B, puedo hacer D… que debo hacer. La inteligencia es esa facultad
que nos permite deliberar. Tratar de valorar, anticipar consecuencias, aclarar
lo que oculta cada una de esas vías, que observamos en esa encrucijada.
Trascender:
Tras: Que se mantiene en el tiempo y en el
espacio.
Ascender: subir de un nivel a
uno más alto de consciencia, para poder ver y utilizar nuevos recursos de
energía, para crear espacios de auto sanación consciente.
Hay seres que se empeñan en trascender.
Cuando eliminas un valor humano, estas descendiendo.
Cuando ayudas a los valores humanos y
elevas la consciencia, estas trascendiendo.
El cientificismo se basó en la idea de que
la espiritualidad y la ciencia eran antagónicas, que eran mutuamente
excluyentes. Hoy sabemos que ciencia y espiritualidad más que ser
contradictorias pueden ser complementarias.
La espiritualidad no siempre ha sido
entendida por todos de manera correcta. Ha sido confundida, a veces, con otros
aspectos de la experiencia humana que, si bien pueden tener su valor, no son el
núcleo de la espiritualidad. La espiritualidad es entendida como la dimensión y
el nivel incondicionado del ser humano, es experimentado como orden interno
total, como ausencia de conflicto. La espiritualidad también es experimentada
como amor universal y libertad incondicional. La espiritualidad no es personal.
La espiritualidad no es un asunto de desarrollo personal porque la
espiritualidad trasciende al ego, en sí misma es universal. La espiritualidad
no nos hace más privados sino más universales, menos personales y egocéntricos,
nos lleva a interesarnos en el bienestar de todos los seres, no solo en el
propio bienestar.
Otro aspecto de la espiritualidad es que no
puede ser reducida a creencias religiosas. Creer o no creer en Dios o en lo
espiritual o en lo trascendente no tiene relación directa con la
espiritualidad, porque la creencia está a un nivel de pensamiento, a un nivel
cognitivo y lo espiritual trasciende la dimensión cognitiva en el sentido de
racionalidad instrumental. La espiritualidad no se basa en creer en creencias
religiosas, sino en la experiencia directa de lo trascendente. Tanto el que
cree en dios como el que no cree han cometido enormes crímenes. La
espiritualidad se mantiene siempre como el contexto más amplio y más general,
como el contexto donde encontramos nuestra última entidad, el lugar de asiento
de nuestros valores universales perennes.
La espiritualidad no puede reducirse a una
categoría psicológica. Algunos investigadores han propuesto que la
espiritualidad deberíamos pensarla en términos más psicológicos, como pensamientos
y sentimientos, pero la vida mental no es la esencia de la espiritualidad;
cuerpo, memoria, pensamientos y sentimientos cambian, mientras que la
espiritualidad permanece como aquello a lo que recurrimos como la última fuente
en donde encontramos el significado y las respuestas a las preguntas
fundamentales de la vida. La espiritualidad trasciende el aparato psíquico de
pensamientos y emociones. Podemos tener pensamientos y sentimientos agradables
o desagradables y podemos tener imágenes agradables o desagradables pero
mientras eso cambia nuestro espíritu, nuestra espiritualidad, permanece como
nuestra esencia.
La espiritualidad tampoco puede reducirse a
lo paranormal. Algunos iniciados tratan de definir la espiritualidad
asociándola a lo paranormal. Sin embargo, independientemente de que sean reales
o no, fenómenos como la telepatía, la clarividencia, la levitación, no son, en
sí mismos, el objetivo de la vida espiritual. Tener la capacidad de levitar o
no levitar no nos da orden interno, no nos da la libertad ni nos da amor
incondicional. Aunque lo paranormal sea interesante y pudiera ser real no es lo
mismo que lo espiritual. Esto ha sido claramente señalado a través de la
historia por prácticamente todos los grandes maestros espirituales. Aún más,
han sugerido mucha precaución para todas aquellas personas que están en una
búsqueda sincera de sí mismos para que estén alertas a la propia vanidad y no
busquen poderes paranormales. Estos consejos están en todas las grandes
tradiciones, porque pueden fortalecer ilusiones muy sutiles, se puede
engrandecer nuestro propio ego.
La espiritualidad tampoco puede ser
reducida a un desarrollo personal. El desarrollo personal básicamente es el
desarrollo de la persona. Para Carl Jung, la persona es la máscara, el conjunto
de roles, de papeles, de etiquetas sociales que nos hemos puesto o qué nos han
puesto. Entonces, quizá el desarrollo personal sea interesante, quizá sea
adecuado tener mejores modales, poder hablar mejor, poder relacionarse mejor
con otros, pero nada de esto es vida espiritual en sí misma; la vida espiritual
trasciende todo esto. Cuando vemos la espiritualidad como una apertura a lo
universal nos ayuda a evitar el falso problema de enfatizar el desarrollo
personal o la creencia religiosa. Este es un falso problema creado porque
tenemos la idea de que la vida espiritual es individual y nada es más falso que
eso. La espiritualidad es universalidad y no puede haber vida espiritual
personal porque la persona es la máscara, es el ego.
Toda acción humanitaria debe estar basada
en la genuina espiritualidad, porque es lo que nos da la universalidad del amor
incondicional, la fraternidad, compasión y humildad. Por eso la filosofía
perenne señala que al final del camino de una transformación espiritual está el
servicio desinteresado por toda la humanidad. La espiritualidad es sumamente
importante porque es la genuina base para indagar las preguntas fundamentales
que niños y jóvenes se hacen y nos hacen de manera natural.
¿Qué esperamos de nosotros mismos?
Todos hemos observado en los niños pequeños
o en los adolescentes su capacidad para preguntar, estas preguntas son
sumamente importantes. En la educación, sin embargo, estas preguntas han sido
frustradas por los sistemas educativos y poniendo limites muy estrechos a las
capacidades de los seres humanos.
La espiritualidad nos lleva a la
percatación de que el conocimiento adecuado del universo que habitamos solo es
posible si está relacionado con el propio auto conocimiento, que no es posible
tener un conocimiento responsable del universo que habitamos si no nos
conocemos a nosotros mismos. Esta es una declaración que va en contra de los
paradigmas tradicionales educativos, porque la visión educativa tradicional nos
dice que podemos conocer el mundo independientemente de si nos conocemos a
nosotros mismos; señala que entre más lejos estemos de nuestra propia realidad
interior mejor será, que seamos objetivos. Por eso hemos creado un conocimiento
sólo instrumental.
La espiritualidad es la necesidad de
pertenecer a una totalidad mayor, de relación con la totalidad, de conexión
universal. La espiritualidad no depende de la riqueza o la pobreza económica.
Algunos creen que para poder entrar en la vida espiritual primero necesitamos
tener cierta riqueza material, tener automóvil, casa o cosas así, pero
realmente el confort no nos conduce a la espiritualidad. La idea de tener
satisfechas primero las necesidades básicas como prerrequisito para la
espiritualidad es una idea equivocada y peligrosa porque puede llevar a creer
que los grupos humanos que no tienen riqueza material son seres anti espirituales
y que las comunidades que tienen riqueza económica y tecnológica tiene seres
muy espirituales. En realidad no hay una relación de causa y efecto entre la
vida espiritual y la riqueza o la pobreza material. Es un mito la idea de que
primero necesitamos tener riqueza material para luego desarrollar la
espiritualidad. Como también a la inversa, que debemos abstenernos de lo
material para tener cierto grado de espiritualidad. Los seres espirituales son
seres sencillos, son seres humildes en el sentido de que se perciben en una
relación de igualdad con todos los demás.
Otro aspecto de la espiritualidad que se
confunde es que el despertar espiritual del individuo es un hecho aislado que
no afecta a los demás. Este es un falso problema realmente porque la conciencia
humana es común a toda la humanidad. Actualmente se están teniendo evidencias
científicas de que cuando un miembro de una especie aprende algo nuevo o se transforma,
afecta a todos los demás miembros de la especie; el despertar espiritual de un
solo ser humano tiene efectos positivos para el resto de la humanidad. El
trabajo de Rupert Sheldrake apoya este punto de vista; sus resultados, hasta
este momento, son muy interesantes. Según su teoría, si una paloma o un mono
aprenden una habilidad, habrá una tendencia de que todos los demás monos o
palomas, no nada más en el entorno inmediato, sino en todo el planeta, aprenden
esa misma habilidad. De la misma forma, el despertar genuino de un solo
ser humano afecta a toda la humanidad, aunque este individuo se encierre en un
cuarto y no vea a nadie, aunque se suba a una colina, su despertar está
afectando a toda la humanidad. El genuino despertar espiritual de un individuo
no está desligado de la evolución de la humanidad, su propia transformación
irremediablemente afecta a todos. Y al contrario también, si una sola persona
se degenera o tiene aprendizajes destructivos también está afectando a la
humanidad. Es decir, somos total y absolutamente interdependientes.
Un aspecto fundamental de la consciencia
holista es lo que llamamos la presencia plena. Un guía holista lo será no por
los métodos que utiliza, ni por los recursos tecnológicos, ni por el tipo de
información que tiene almacenada en su memoria o por las teorías
espiritualistas que maneja, sino por su orden interno y por su filosofía
particular de la vida; por la vivencia directa de su propia espiritualidad. El
proceso de auto indagación es fundamental en un guía holista y conduce a la
presencia plena. Un guía holista, antes que nada, debe tener una presencia
plena en la vida. Presencia plena significa estar plenamente presente en la
experiencia inmediata, consciente y alerta de nuestras actividades cotidianas en
la común-unidad de aprendizaje. Presencia plena es estar totalmente presente en
el proceso de observación interior, es estar totalmente abierto a los mensajes
de los hombres y del universo, y por supuesto, de sí mismo, de su interior.
Estar totalmente en la experiencia, estar en una escucha total, percibiendo,
sintiendo la totalidad del proceso de despertar. Muchos guías en la escuela o
en el salón están presentes físicamente pero mentalmente ausentes, su
conciencia queda enredada con los problemas de su casa, de sus hijos, y esto
tiene una implicación enorme porque entonces no escuchan, no se relaciona
adecuadamente con sus discípulos.
La Filosofía Perenne señala que, a través
de la historia de la humanidad, ha existido un corazón místico de enseñanzas fundamentales
acerca del espíritu. Este conjunto de enseñanzas ha sido perenne, ha estado
presente en todas las culturas a través del tiempo. Esta sabiduría espiritual
ha estado presente a través de toda la historia de la humanidad, ha sido
constante. A veces emerge de manera sobresaliente, otras veces se oculta,
dependiendo de las condiciones sociales, religiosas y culturales de la época.
El tema de la filosofía perenne es la experiencia espiritual directa, su
naturaleza y sus condiciones.
La espiritualidad es transracional. La
espiritualidad trasciende la razón, no la reprime, no la rechaza. Esto quiere
decir que el hombre espiritual es razonable pero va más allá de la razón. Aquí
es donde el concepto de inteligencia espiritual es importante. Hay una vasta
experiencia humana más allá de la razón y el lenguaje que no es experiencia
regresiva o psicótica sino experiencia espiritual de la más alta inteligencia.
La espiritualidad es amor universal. El
amor universal es central porque el conocimiento es importante pero nunca
suficiente para un comportamiento responsable. El conocimiento en sí mismo no
nos hace mejores personas, por eso tenemos que ir más allá del conocimiento,
tenemos que entrar a una dimensión que trascienda el conocimiento, la razón y
el lenguaje. El amor universal es la puerta de la trascendencia del mundo
espiritual. Qué sentido tiene para una humanidad como la actual, basada en una
conciencia depredadora, generar más conocimientos si este conocimiento va a ser
usado para la destrucción de nosotros mismos y de nuestro planeta, de qué nos
sirve tener más tecnología, si este conocimiento va a ser usado para
destruirnos a nosotros mismos, o cerrar las puertas al dialogo observando las
pequeñas pataletas ideotizantes. Es necesario redefinir el papel del
conocimiento y ponerle sus justos límites.
El conocimiento debe responder al precepto
de que todo conocimiento debe ser usado para el bien común, el conocimiento
holista es inseparable de una dimensión espiritual. El conocimiento holista no
viene desligado del bien común, no se concibe como una transmisión de técnicas
o métodos para que sean usadas como ustedes quieran. El conocimiento holista
viene ligado a una orientación que honra la vida en la tierra, a una
orientación de gratitud por la vida, con un sentido de compasión hacia
todos los seres. Sólo entonces podemos decir que hay un genuino despertar de la
inteligencia.
Esta integridad del conocimiento ha sido
fragmentada en el pensamiento occidental. Por ejemplo, toda la psicología
occidental está basada en el dualismo, parte de separar la conciencia en dos
clases: la conciencia psicológica como un darse cuenta y la conciencia moral
como valores. La psicología occidental se construyó sobre la idea de la
conciencia psicológica, descartando la conciencia moral por no ser
“científica”. Toda la psicología en general está basada en este dualismo,
centrándose exclusivamente en la conciencia psicológica. Sin embargo, hay
ejemplos de psicologías integrales como la budista, donde la conciencia
psicológica y la conciencia moral están integradas, por eso señala la
importancia de un correcto pensar, un correcto actuar; hay una fuerte relación
entre la atención plena y la correcta forma de vida, una conduce a la
otra.
La práctica de la presencia plena conduce a
un correcto pensar, a un correcto comportamiento. La presencia plena lleva a la
compasión. La psicología occidental no incluye una correcta forma de vida, solo
se centra en la conciencia psicológica, si dañas a otros seres humanos
causándoles sufrimiento pero no te sientes mal por ello, no te causa conflicto,
entonces eres normal, no importa si haces sufrir a otros, no importa que tengas
actitudes poco éticas, si no te sientes mal puedes continuar con tu vida. En la
visión holista existe la convicción de que dañando a otros dañas tu propio
espíritu, aunque no lo notes.
El despertar espiritual no depende del
tiempo ni del conocimiento. No por realizar durante una gran cantidad de años
algún tipo de práctica espiritual seremos más espirituales; no hay una relación
causal directa. El despertar espiritual puede suceder en poco o mucho tiempo,
lo importante es la sinceridad del buscador, es relativa al tiempo que
invertimos en ella. Algunas personas tienen discernimientos profundos en poco
tiempo, otros tardan mucho más. Esta independencia del tiempo hace que la
espiritualidad, así como puede estar a gran distancia puede también estar
disponible en cada momento de nuestra vida. Lo mismo se aplica al conocimiento,
no por leer muchos libros de budismo nos convertimos en un Buda. Hay grandes
eruditos que no son compasivos y lo contrario también sucede, gente que no tuvo
estudio formal y son grandes seres espirituales. De hecho, los grandes maestros
espirituales nunca fueron académicos, intelectuales o tuvieron algún tipo de
formación universitaria, trascendieron todo eso y conocieron directamente lo
más importante: su propia naturaleza espiritual.
La espiritualidad es el último contexto de
significado disponible siempre para regresar a él cuando tenemos dilemas graves
en nuestra existencia. Es donde encontramos las respuestas fundamentales a
nuestra existencia. El despliegue de la espiritualidad es el despliegue de la
conciencia universal, por eso toda acción deberá partir de un orden interno
porque si nuestra acción surge de un desorden en nuestra conciencia va a ser
una acción desordenada. Esto significa actuar desde la inteligencia, y esta
acción es universal.
La espiritualidad es inmanente y
trascendente al mismo tiempo. Es la verdad aquí y allá. Es el nivel superior de
la conciencia, el techo de toda evolución, lo que está más allá de lo
condicionado.
Pero al mismo tiempo está en todo,
disponible siempre, presente en todas las cosas. No puede ser de otra manera.
La verdad última de la filosofía perenne es la no dualidad entre el absoluto y
sus manifestaciones, entre el cielo y la tierra, entre el ser individual y el
ser universal. Inmanencia y trascendencia, arriba y abajo, subir y bajar, son
una sola unidad.
La espiritualidad es la percatación de
nuestra unión fundamental con todos los seres. Darnos cuenta que no estamos
separados de los demás, que lo que nos suceda a nosotros les sucede a los demás
y que lo que les sucede a los demás nos sucede a nosotros mismos. Inteligencia
y amor están totalmente ligados, no se pueden separar. Si no hay amor en
nuestro corazón no tenemos nada, solo cenizas, nos vamos a destruir a nosotros
mismos y vamos a destruir el planeta.
El amor es la experiencia de la totalidad,
es una conciencia que experimenta un sentido de pertenencia y de conexión con
el Cosmos, es una experiencia donde la identidad se expande a lo universal. El
amor, en su forma mas pura, es compasión universal.
Compasión significa un interés ilimitado e
incondicional en el bienestar de todos los seres. La compasión se expresa en el
ideal del bodhisatva que renuncia a entrar en el nirvana hasta que primero
todos los seres se hayan iluminado. Decide regresar al mundo a ayudar a la
evolución de toda la existencia. El bodhisatva dice: “Entren ustedes primero al
nirvana, yo me espero al último”. La compasión es un deseo ilimitado por
aliviar el sufrimiento de los demás.
Algunas personas me han preguntado: “Bueno
¿la espiritualidad para qué sirve?” La espiritualidad sirve para todo. Sirve
para vivir responsablemente, para estar de manera creativa y plena en la vida y
en la humanidad. La espiritualidad hace a los seres humanos pacientes,
abiertos, accesibles, comprensivos, creativos. La presencia plena en la
humanidad significa, más que una participación activa, una integración desde la
realidad interior.
La consciencia espiritual, la visión
holista, va en un sentido más honesto e inteligente, existe la percatación de
que muchos de los problemas fundamentales de la humanidad existen porque somos
cómplices de ellos, se sostienen por nuestra complicidad. Una de las formas de
acción más inteligentes es la no acción.
El taoísmo es el arte de la no acción. La
no acción, en muchos casos, es la mejor acción. Pongamos el siguiente ejemplo,
supongamos que nadie asistiera ni fuera cómplice de las corridas de toros, que
pasaría con las corridas de toros?, seguramente se acabarían inmediatamente. De
esa misma manera podemos acabar con muchos problemas de la humanidad. Si nadie
fuera cómplice de alimentos “chatarra” se acabarían porque nadie los
consumiría. Entonces, muchos de los vicios, de los problemas de la humanidad,
son sostenidos por el problema de la complicidad. La actitud de no complicidad
ha estado presente en muchos maestros espirituales como una acción inteligente.
No interpreten esto como pura pasividad porque la acción activa también forma
parte de la vida y debemos buscar el equilibrio entre las dos, lo que sucede es
que tenemos que usar la inteligencia espiritual para saber cuándo debemos
actuar y cuándo la mejor acción es la no complicidad.
Recientemente el concepto de inteligencia
espiritual ha venido a revolucionar el campo de estudio de las inteligencias. A
principios del siglo XX el concepto de inteligencia intelectual fue la gran
novedad.
Más recientemente surgió el concepto de
inteligencia emocional, Daniel Goleman fue el gran promotor argumentando que
tenía una importancia igual que la inteligencia intelectual ya que las
emociones equilibradas nos permiten pensar mejor. Ahora ha surgido una tercera
inteligencia que engloba a las dos anteriores y las supera, convirtiéndose en
el centro del desarrollo para todos los campos de la experiencia humana: la
inteligencia espiritual.
La
inteligencia espiritual es la más importante de las tres, además es
exclusivamente humana y trascendente, que a pesar de ser exclusivamente humana,
va mas allá del ser humano. Mientras que animales y computadoras muestran
evidencias de inteligencia emocional e intelectual, la inteligencia espiritual
es de exclusividad humana. La inteligencia emocional está arraigada en nuestro
cuerpo biofísico, depende de nuestros instintos, sentimientos, pulsiones,
hormonas, etc., para dar una respuesta emocional aceptable a una
situación particular. Los animales también muestran inteligencia
emocional. Para lograr atrapar su presa, un tigre necesita ser silencioso,
esperar la oportunidad, posponer la satisfacción, atacar en el momento
indicado.
Existen también situaciones humanas
negativas que muestran una alta inteligencia emocional. Por ejemplo, los casos
de asaltantes, en los cuales se requiere controlar las emociones para poder
efectuar el asalto a un banco; o el caso de un defraudador que requiere estar
tranquilo aun sabiendo su acto indebido. Esto significa que la inteligencia
emocional no otorga dirección moral o ética a la conducta, solo capacita para
el control emocional de la situación pero sin alcanzar a ver el sentido o
significado global de la misma.
Por otra parte, la inteligencia intelectual
está arraigada más a nivel del cerebro, depende de la racionalidad
instrumental, procesos lógicos, memoria, cogniciones, etc., para dar una
respuesta intelectual eficiente al control técnico del mundo. Especialmente las
computadoras también muestran muchos de estos elementos, pues pueden efectuar
gran cantidad de operaciones analíticas, incluso más rápido que el ser humano.
Existen también situaciones humanas
negativas que muestran una alta inteligencia intelectual; quizás los ejemplos
más evidentes sean los que se dan en el uso de la ciencia para propósitos de
guerra, la cantidad de inteligencia intelectual necesaria para dirigir un
ataque militar es igual o superior que el que se requiere en medicina para
salvar una vida humana; invadir un país militarmente requiere un altísimo grado
de inteligencia intelectual; los sofisticados aparatos, las computadoras, los
cálculos matemáticos para dirigir los misiles, etc., requieren altos niveles de
C.I. Tampoco la inteligencia intelectual otorga dirección moral o ética a la
conducta, no tiene sensibilidad humana, solo capacita para la eficiencia
instrumental del desempeño, pero no tiene capacidad de comprensión global de la
situación, no puede ver desde afuera y desde arriba el sentido moral de la
circunstancia.
La inteligencia espiritual está arraigada
en la totalidad de lo que somos, en nuestra esencia que es el Ser transpersonal.
Danah Zohar señala que es la inteligencia con que afrontamos y resolvemos
problemas de significados y valores, la inteligencia con la cual ponemos
nuestras vidas en un contexto más amplio y significativo, es la base necesaria
para el eficaz funcionamiento de la inteligencia intelectual y de la
inteligencia emocional.
La inteligencia espiritual es capacidad de
trascendencia, capacidad de hacer las cosas cotidianas con un sentido de lo
sagrado, usar recursos espirituales en problemas prácticos, capacidad de actuar
con conducta virtuosa basada en la gratitud, paciencia, humildad, compasión,
sabiduría y amor universal. La inteligencia espiritual es conciencia de lo
universal, conciencia de la humanidad y fraternidad entre todos los seres,
capacidad de maravillarse del Cosmos, sentido de lo místico, sensibilidad hacia
todo lo luminoso, disponibilidad para escuchar y comprender a los demás.
La inteligencia espiritual es la última vía
de conocimiento, es el conocimiento directo del ojo del espíritu conociendo los
significados últimos, la usamos para clarificar posibilidades no realizadas, y
para trascender el materialismo de la vida. La utilizamos para entender
el sufrimiento humano y ponerle fin. La utilizamos para contestar a las
preguntas filosóficas básicas y encontrar significado existencial y
trascendental.
La inteligencia espiritual es el acceso y
uso del sentido, visión y valores para pensar y tomar decisiones responsables.
Es la inteligencia que nos lleva a la totalidad, y nos da nuestra integridad
moral. Es el corazón de las inteligencias. La inteligencia del Ser profundo. La
inteligencia transformadora que nos impulsa a la iluminación espiritual. Es la
inteligencia que los budistas llaman “bodichita”, la inteligencia que nos
permite intuir el camino espiritual y nos protege contra la degradación moral.
Es la voluntad y la determinación interior para perseverar en el camino
espiritual.
La inteligencia espiritual es la que nos
permite ser felices. Es el poder para alcanzar y comprender la felicidad. Es la
capacidad para conducir bien la propia vida, tomando el control y la
responsabilidad de los pensamientos, sentimientos, acciones y valores,
decidiendo la manera de responder a los eventos de la vida. La inteligencia
espiritual es la capacidad de tener en balance los propósitos materiales y el
desarrollo emocional, intelectual y espiritual de tal manera que podamos ser
felices a pesar de las circunstancias no a causa de ellas.
Generalmente creemos que son las
circunstancias externas a nuestra vida las que deben traer la felicidad, así
esperamos tener más dinero, ser más famosos o tener un auto mas grande para ser
felices. Esto es una ilusión porque nunca conduce a la verdadera felicidad. La
inteligencia espiritual es la capacidad de ser feliz independientemente de las
circunstancias, de si estas son favorables o desfavorables. La fuente de la
felicidad viene de adentro, brota desde nuestra verdadera naturaleza, no
depende de circunstancias externas. La inteligencia espiritual es el poder para
ser felices a pesar de circunstancias adversas, es el discernimiento de que no
necesitamos ninguna circunstancia externa para ser felices.
La inteligencia espiritual no es
necesariamente religiosa. No significa seguir necesariamente una tradición
religiosa o afiliarse a una iglesia. Es independiente de cultos, rituales o
tradiciones, un sacerdote o pastor con una alta posición en la iglesia puede
que tenga una muy baja inteligencia espiritual, y un ser humano sin afiliación
a ninguna religión o iglesia puede tener una altísima inteligencia espiritual.
No existe necesariamente relación alguna entre organizaciones religiosas e
inteligencia espiritual, aunque algunos religiosos creen que incluye la
capacidad de tener fe y creer, pero eso en realidad es una desviación, porque
tener fe y creer no es una virtud espiritual, no es algo espiritual, no es algo
deseable, porque conduce a una conducta de subordinación a la voluntad de
otros.
La inteligencia espiritual es luz para uno
mismo.
El concepto de inteligencia espiritual nos
ha permitido también jerarquizar los niveles de la inteligencia, no solo
señalar qué existen diferentes tipos de inteligencia, porque eso pone a todas
las inteligencias en el mismo nivel. Si bien es muy importante reconocer la
pluralidad de inteligencias no es suficiente, debemos también reconocer cuales
son mas incluyentes, cuales son superiores y cuales inferiores. La inteligencia
espiritual nos permite, entonces, construir tres niveles básicos de
inteligencia. La más básica es la inteligencia emocional, que está mas
relacionada con el cuerpo y es acerca de sentir. El segundo nivel lo ocupa la
inteligencia intelectual que está más relacionada con el cerebro y es acerca de
pensar. El tercer nivel lo ocupa la inteligencia espiritual y es acerca de ser.
La inteligencia espiritual, como nivel superior, incluye a las inteligencias
emocional e intelectual como partes constitutivas, pero ninguna de estas dos
incluye a la inteligencia espiritual.
Características
de la Inteligencia Espiritual
-
Capacidad de ser feliz a pesar de las circunstancia.
- Capacidad de paz interior y ecuanimidad.
-
Capacidad de amor universal Capacidad de vivir para servir.
- Capacidad de enfrentar y superar el sufrimiento.
-
Capacidad de ser independiente y autónomo.
- Capacidad de resolver problemas de significados y valores. - Capacidad de conducta
ética.
- Capacidad de centrarse en el “porque” de las cosas
-
Capacidad de discernimiento.
- Capacidad de vivir en un contexto más amplio de significados.
-
Capacidad de aprender a ser.
- Capacidad de integración holista de la totalidad.
Desde el concepto de inteligencia
espiritual, la teoría de las inteligencias múltiples es muy interesante, pero
en realidad todos los tipos de inteligencia de los que habla, son combinaciones
de la inteligencia emocional de primer nivel y la inteligencia intelectual de
segundo nivel. En este sentido, la teoría de las inteligencias múltiples es muy
buena pero incompleta, porque se queda en los dos primeros niveles sin
reconocer ni trabajar el tercer nivel que es el nivel más importante e
incluyente.
Solo desde la inteligencia espiritual, por
ser el nivel superior, se puede entender la holarquia de las inteligencias en
los tres niveles y reconocer la naturaleza y los objetivos de cada nivel.
Inteligencia espiritual es la capacidad de resolver los retos de la vida sin
crear sufrimiento en los demás ni en uno mismo, es reconocer y valorar la vida
misma. Desde esta visión, un científico con gran capacidad lógico matemática
que trabaja para la guerra, no está siendo espiritualmente inteligente, solo
aquel que puede hacer esta distinción y puede orientar sus acciones en bien de
toda la familia humana puede ser inteligente en un sentido espiritual. La
inteligencia espiritual ve la compasión como el valor fundamental de la vida,
compasión como el interés genuino y profundo en el bienestar de todos los
seres. La inteligencia espiritual es respeto, amor incondicional y paz interior
y exterior.
La inteligencia espiritual es curativa,
sanadora, es la única que puede curarnos definitivamente, solo la inteligencia
espiritual puede garantizar una vida feliz porque nos permite actuar con
sabiduría y compasión, manteniendo la ecuanimidad en relación a las
circunstancias. Aunque es innata puede ser desarrollada, podemos descubrirla y
evaluarla cualitativamente. Es aquí donde entra la gran labor del aprendizaje
holista. A la luz de este nuevo concepto, el objetivo del aprendizaje holista
es desarrollar en los seres humanos la inteligencia espiritual, al hacerlo
estaremos desarrollando todas las inteligencias de los niveles I y II.
La inteligencia espiritual también se
caracteriza por la capacidad de ser flexible y adaptativo, nos permite
insertarnos creativamente en diversas situaciones sin chocar con los demás.
Implica una alta auto-conciencia, la percatación de uno mismo, la experiencia
de testigo transpersonal de observar con despego el propio mundo. La
inteligencia espiritual celebra el valor de la paz, nos lleva a rechazar causar
daño innecesario a cualquier ser sensible. Es una capacidad centrada en
preguntar “¿Por qué?”, más que preguntar “¿Cómo?”, esta última pregunta es
instrumental, aquella es esencial, va al fondo de las cosas, es capacidad
indagadora de la verdad.
La inteligencia espiritual es un proceso de
discernimiento y experiencia individual a través del cual nos identificamos con
los valores universales, y reconocemos que toda vida es sagrada, que todos los
seres humanos son hermanos espirituales, que el amor es la naturaleza del
Cosmos, y que la verdad es finalmente una verdad espiritual.
El concepto de inteligencia espiritual abre
una nueva etapa en el desarrollo del aprendizaje holista. Una gran cantidad de
investigadores han empezado a desarrollar e investigar más sobre inteligencia
espiritual, será un concepto clave en la educación del siglo XXI, porque ahora
se trata de desarrollar todas las inteligencias en el contexto de la
inteligencia espiritual. Este concepto no solo está revolucionando el campo de
la investigación sobre inteligencias y el campo de la educación, si no que
también está impactando todas las demás áreas de la actividad humana.
Actualmente estamos empezando a escuchar
como nunca antes de la espiritualidad y en todo orden de cosas, en los
negocios, la espiritualidad en el trabajo, la espiritualidad en la política,
espiritualidad y ciencia, espiritualidad y creatividad, espiritualidad y
sexualidad, etc. Me parece que esto sucede porque hemos alcanzado un nivel de
desarrollo que para continuar adelante requiere entrar en el nivel más alto de
la inteligencia humana, y este nivel es el espiritual, no existe nada más allá
de lo espiritual, esta es la fuente genuina de toda inspiración por ello todos
los que quieran trabajar en la frontera mas alta de su actividad deberán entrar
al reino de la espiritualidad y desde allí alimentar su campo de trabajo.
La inteligencia espiritual se puede
desarrollar, porque es tanto un nivel como una línea de desarrollo. El
desarrollo de la inteligencia espiritual requiere una práctica integral, el
corazón de esta práctica por siempre ha sido, es y será la práctica meditativa,
entendiendo ésta en sentido amplio como la práctica de la atención plena,
práctica del discernimiento silencioso, de la percatación de lo que es. Esto
lleva al desarrollo de habilidades interiores, a estar confortable con las
paradojas del Cosmos, a sentir seguridad y fortaleza en que lograremos cambiar
las cosas que impiden la autorrealización, etc.
En el aprendizaje holista debemos,
entonces, poner énfasis en el desarrollo de habilidades de la vida interior,
que nos permitan descartar conceptos superficiales de felicidad, equilibrar
todas las dimensiones humanas haciendo brillar el corazón espiritual de los
estudiantes, para que puedan ser verdaderamente felices a pesar de las
circunstancias no a causa de ellas. La inteligencia espiritual es pues, un proceso
de discernimiento y experiencia individual a través del cual nos identificamos
con los valores universales, y reconocemos que toda vida es sagrada, que todos
los seres humanos son hermanos espirituales, que el amor es la naturaleza del
Cosmos, y que la verdad es finalmente una verdad espiritual.
La inteligencia espiritual es el nivel más
alto de las inteligencias. Es lo que nos permite ser felices y superar el
sufrimiento, revestir de sentido nuestra vida, salir fortalecido y con
aprendizajes de las etapas dolorosas de la vida, curar y sanar nuestras heridas
psicológicas, emociona les y existenciales. Conectar con nuestro verdadero ser
mas allá del ego narcisista. Vivir la vida con un sentido de servicio
desinteresado por lo demás. Vivir contentos con lo que tenemos. Ser humildes y
reconocer en todos los seres futuros budas o cristos. Ser libres y gozar de
ello. Actuar con responsabilidad universal. Ser honestos y éticos en nuestras
relaciones. Vivir las actividades cotidianas con sacralidad. Ser compasivos con
todos los seres.
El gran maestro sufí Inayat Khan
ejemplificó con sus 10 pensamientos la sabiduría de la inteligencia espiritual.
10 Pensamientos de la Sabiduría Sufi
1. Hay un sólo Dios, el Eterno, el Ser
Único; nadie mas existe excepto Dios.
2. Hay un solo Maestro, el Espíritu Guía de
todos los espíritus, quien constantemente lleva a todos sus seguidores hacia la
luz.
3. Hay un solo Libro Sagrado, el texto
sagrado de la naturaleza, que verdadera mente ilumina a todos sus lectores.
4. Hay una sola Religión, el progreso firme
en la dirección correcta hacia el ideal, el cual reviste de propósito la vida
de cada ser humano.
5. Hay una sola Ley, la ley de la
Reciprocidad, la cual puede ser observada a través de una conciencia desapegada
con un sentido de justicia consciente.
10 Pensamientos de la Sabiduría Sufi
1. Hay un sólo Dios, el Eterno, el Ser
Único; nadie mas existe excepto Dios.
2. Hay un solo Maestro, el Espíritu Guía de
todos los espíritus, quien constantemente lleva a todos sus seguidores hacia la
luz.
3. Hay un solo Libro Sagrado, el texto
sagrado de la naturaleza, que verdadera mente ilumina a todos sus lectores.
4. Hay una sola Religión, el progreso firme
en la dirección correcta hacia el ideal, el cual reviste de propósito la vida
de cada ser humano.
5. Hay una sola Ley, la ley de la
Reciprocidad, la cual puede ser observada a través de una conciencia desapegada
con un sentido de justicia consciente.
6. Hay una sola Fraternidad Universal, la
Fraternidad de hombres y mujeres la cual une a todos los seres de la tierra,
sin discriminación, en la Bondad de Dios.
7. Hay un solo principio Moral, el amor que
emana desde la interioridad y florece en actos de compasión.
8. Hay un solo Objeto de Oración, la
belleza que inspira el corazón de los de votos a través de todos los aspectos
de lo manifiesto y lo inmanifiesto.
9. Hay una sola Verdad, la verdad del
conocimiento de nuestro ser interior y exterior el cual es la esencia de toda
sabiduría.
10. Hay un solo Camino, el aniquilamiento
del falso ego en lo real, lo cual conduce a lo inmortal, donde reside toda
perfección.
NAMASTE
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