"Que cada una de nuestros pensamientos, palabras y obras, sean la realización de la voluntad divina. Éste es el camino al infinito"
31 de octubre de 2017
24 de octubre de 2017
Vivir el Presente
Vivir el presente no siempre es fácil. A veces tus pensamientos están
abrumados con los arrepentimientos del pasado o la ansiedad del futuro, lo cual
puede hacer que te sea difícil disfrutar el aquí y ahora. Si te cuesta vivir el
momento, hay algunas estrategias sencillas que podrían ayudarte. Hay cosas que puedes
hacer a lo largo del día como crear una señal de concientización, aprender a
meditar y realizar actos espontáneos de amabilidad.
Desarrollar
tu conciencia
Empieza despacio. Aunque es posible que te sientas tentado
a revisar tu estilo de vida por completo, no es necesario que hagas grandes
cambios para empezar a vivir el presente. Empieza incorporando nuevos hábitos
uno a uno. Una vez que sientas que has adquirido un hábito, añade otro.
·
Por ejemplo, en vez de meditar durante 20 minutos al día inmediatamente,
empieza meditando durante tres minutos al día. Después, aumenta el tiempo a
medida que te sientas más cómodo con la meditación.
Aprender a vivir el presente puede ser parte de tu vida cotidiana. Puedes
incorporar la concientización en tu vida al prestarles atención a los detalles
sensoriales de algo que estás haciendo. Concéntrate en lo que ves, escuchas, hueles y sientes en tu vida
cotidiana.
·
Por ejemplo, la próxima vez que cepilles tus dientes, presta atención al
olor de tu pasta dental, al sonido del cepillo contra tus dientes y a lo que
sientes.
Vuelve a encauzar tu mente cuando divague. Es normal que tu
mente divague, pero para estar en el presente, tienes que mantener tu mente
concentrada en el aquí y ahora. Cuando notes que tu mente está divagando,
vuelve a encauzarla para que se concentre en el presente de nuevo. Debes
reconocer que tu mente divaga sin juzgarte por hacerlo.
·
No te molestes contigo mismo cuando tu mente divague. Es normal que tu
mente divague a veces. Acepta que tu mente tomó unas pequeñas vacaciones y haz
que vuelva a concentrarse en el presente.
Escoge una señal de concientización. Podría ser difícil
recordar que debes estar consciente cuando estás muy ocupado. Una señal de
concientización (como una cuerda atada alrededor de tu cintura o muñeca, un resaltador
en tu mano o una moneda en tu zapato) puede ayudarte a recordar que debes estar
consciente. Cuando notes la señal, asegúrate de detenerte por un momento y
prestar atención a tus alrededores.
·
También puedes usar como señal algo más externo, como preparar una taza de
té, mirar en el espejo o sacar tus zapatos después del trabajo.
·
Después de un tiempo, es posible que empieces a ignorar la señal porque te
has acostumbrado a ella. Si esto sucede, cambia la señal.
Cambia tu rutina. Es posible que no estés viviendo
el momento presente porque te ciñes mucho a tu rutina. Una manera en la que te
puedes volver más consciente es cambiando tu rutina. Puedes hacer algo tan
simple como cambiar el camino por el que conduces al trabajo, cambiar la manera
en que te presentas o modificar tu historia favorita. Hacer un cambio pequeño a
una de tus rutinas podría ser suficiente para que tomes más conciencia de lo
que te rodea.
·
Toma una ruta diferente para los paseos nocturnos o añade una nueva
costumbre a la rutina que sigues a la hora de dormir.
Aprende a meditar. La meditación es una manera
excelente de entrenar tu cerebro para vivir el momento presente. Cuando
medites, préstale atención a tus pensamientos y simplemente obsérvalos cuando
pasan.
Para empezar con la meditación, encuentra un lugar tranquilo y ponte
cómodo. Puedes sentarte en una silla o en un cojín en el suelo con tus piernas
cruzadas. Cierra tus ojos y concéntrate en tu respiración. Cuando te concentres
en tu respiración, no te distraigas por tus pensamientos, deja que aparezcan y
que pasen.
·
Sin abrir tus ojos, observa el mundo que te rodea. También préstale
atención a la manera en que te sientes. ¿Qué oyes? ¿Qué hueles? ¿Cómo te
sientes (física y emocionalmente)?
·
Programa un cronómetro en tu celular para que sepas cuándo detenerte. Es
posible que quieras empezar meditando 5 minutos y aumentar el tiempo desde ese
punto.
·
Asegúrate de que las personas que viven contigo sepan que vas a meditar y
pídeles que no te interrumpan.
Incorporar
actividades conscientes
Debes estar agradecido por los descansos. Tener que
esperar algo puede ser fastidioso, pero si quieres vivir el presente, tendrás
que aprender a pensar en la espera como algo bueno. En vez de impacientarte
cuando tienes que esperar algo, practica el hecho de estar agradecido por el
tiempo adicional para prestar atención a lo que te rodea. Considera el tiempo
adicional como un descanso y valora ese tiempo.
·
Por ejemplo, si tienes que esperar en una fila larga para comprar un café
en la mañana, tómate el tiempo de observar tus alrededores. Cuando lo hagas,
piensa en las cosas por las que estás agradecido en ese momento.
Concéntrate en una parte de tu cuerpo. Puedes aprender
a vivir más en el presente al tomarte un tiempo en tu casa sobre cómo sientes
una parte de tu cuerpo, como las plantas de tus pies. A medida que repitas la
práctica de dirigir tu concientización a una parte de tu cuerpo, aprenderás a
tomar más conciencia del momento presente.
·
Si te parece que te cuesta vivir el presente, cierra tus ojos y concentra
toda tu atención en las plantas de tus pies. Cuando lo hagas, piensa en cómo
tus pies se sienten en tus zapatos o en el suelo. Presta atención a la curva
del arco, a la parte posterior de tu talón y a la parte final de tus dedos
Sonríe y ríete con más frecuencia. Vivir el momento
puede ser un reto si estás de mal humor o si te sientes un poco deprimido, pero
sonreír y reírte puede hacerte sentir mejor aunque te obligues a hacerlo. Si
te parece que no estás concentrado en el presente porque te sientes triste,
oblígate a sonreír y a reírte un poco. Aunque pongas una sonrisa falsa y te
rías mostrando los dientes, debes empezar a sentirte mejor inmediatamente.
Practica el agradecimiento. Estar agradecido
ayuda a traerte al momento presente porque vas a pensar en lo que ha hecho que
te sientas agradecido y cómo eso te ha influenciado en el aquí y el ahora. El
agradecimiento también puede ayudarte a recordar las cosas buenas de la vida o
los regalos. Agradece por quién eres, por cómo te sientes en este momento
y por tus seres queridos como tus amigos, familiares o mascotas.
·
A lo largo del día, toma un momento para recordar algo por lo que estás
agradecido. Puedes decirlo o incluso anotar tu agradecimiento para reforzarlo.
Por ejemplo, podrías decir o escribir “Estoy tan agradecido por el hecho de que
el sol haya salido hoy; ¡es hermoso!” o “Estoy tan agradecido por mi familia
cariñosa; hacen que me sienta tan especial”.
Consejos
·
Apaga tu celular y otros aparatos durante una hora todos los días para
obligarte a concentrarte más en el mundo que te rodea.
·
Escribe una descripción breve de la sesión que has tenido y después
recompénsate por tu meditación exitosa.
19 de octubre de 2017
11 de octubre de 2017
10 de octubre de 2017
6 de octubre de 2017
5 de octubre de 2017
Preocuparte no te lleva a ninguna parte.
“Un hombre puso un pequeño
restaurante al borde del camino. Como su comida era buena y él era muy alegre
todo el que pasaba por ahí se detenía a comer algo.
Con el tiempo su hijo creció y lo
mandó a estudiar a la universidad, mientras él continuaba atendiendo su exitoso
restaurante atestado de clientes y turistas. Todo marchaba muy bien hasta que
su hijo recién graduado de economista vino a visitarlo y le advirtió: - Viejo,
tú vives ajeno a lo que pasa en el mundo, todo está en crisis. La situación
económica del país es cada vez peor, poco a poco tu clientela decaerá y tendrás
que cerrar, de modo que como experto en economía te recomiendo que empieces a
reducir tus gastos y que no inviertas más hasta que la situación del país
mejore.
El padre preocupado hizo caso a su hijo y empezó a recortar gastos.
Abría su negocio más tarde y cerraba más
temprano, despidió algunos de sus empleados, compró alimentos de inferior
calidad, la comida ya no era la de antes, y lo peor de todo fue que perdió su
alegría y salud de tanto preocuparse. Sólo hablaba con sus clientes de las
malas noticias que veía en la TV que le compró su hijo. Pronto ahuyentó su clientela, ya nadie entraba a su
restaurante y el viejo se lamentaba y decía: ‘¡Qué sabio es mi hijo, todo está
en crisis… él tenía toda la razón!’”.
En tiempos de cambio e inestabilidad, la
preocupación desgasta.....no pierdas el entusiasmo!!!. Las imágenes negativas que se crean en la mente
y que alimentan nuestros temores e inseguridades, nos hacen perder la
tranquilidad y hasta se convierten en la causa del fracaso en un momento dado.
La mayoría de las veces lo que nos preocupa nunca sucede, pero si lo permitimos
nos desgasta emocionalmente y nos roba la posibilidad de vivir con felicidad.
Todos sentimos temores y preocupaciones innecesarias que nos atormentan como la posibilidad de morir de una enfermedad incurable, un accidente de avión o auto, perder nuestro trabajo, un terremoto, las cuentas por pagar, etc. Podemos pasarnos el resto de nuestras vidas preocupados y angustiados por lo que imaginamos que sucederá, lejos de mejorar las cosas acabaremos con nuestra tranquilidad y la eficacia que necesitamos en la actividad diaria, ya que, la preocupación sólo nos paraliza.
Para soltar las preocupaciones lo mejor es la acción, no pienses tanto, atrévete a enfrentar con
valentía la situación que te preocupa; ésta es la mejor manera paraminimizar el temor.
- ¿Qué es lo peor que
puede ocurrir? Piénsalo, asúmelo y resuélvelo
mentalmente.
Recuerda la oración de San Francisco de Asís : "Si está en tus manos hacer algo para solucionarlo ponte a trabajar inmediatamente y si no puedes hacer nada acéptalo suéltalo".
¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por
el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien!
Fuente: Revista Vida Consciente
Suscribirse a:
Entradas (Atom)